Oxigenoterapia: Es un tratamiento que se utiliza para suministrar oxígeno para la respiración. Puede recibir oxigenoterapia a través de tubos nasales, una máscara facial o un tubo en la tráquea. Se puede requerir oxigenoterapia cuando hay una disminución significativa de los niveles de oxígeno en la sangre debido a una condición médica. La oxigenoterapia puede administrarse tanto de forma temporal como a largo plazo, ya sea en el hospital, en otro entorno médico o en el hogar. Es importante tener precauciones de seguridad, ya que el oxígeno es inflamable, por lo que no se debe fumar ni utilizar materiales inflamables mientras se utiliza oxígeno. Algunos efectos secundarios que pueden presentarse durante este tratamiento incluyen sequedad o sangrado nasal, fatiga y dolores de cabeza matutinos. Por lo general, la oxigenoterapia es segura.
Se utiliza para: en diversas condiciones, como asma, displasia broncopulmonar, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), insuficiencia cardíaca, neumonía, síndrome de dificultad respiratoria, apnea del sueño y rehabilitación pulmonar.
Rehabilitación pulmonar: Es un programa supervisado que incluye entrenamiento físico, educación médica y técnicas de respiración para personas con ciertas condiciones pulmonares, problemas pulmonares debido a otras enfermedades o que han recibido un trasplante pulmonar. La rehabilitación pulmonar tiene como objetivo ayudar a mejorar la capacidad respiratoria y la calidad de vida de los pacientes.
Se utiliza para: Síndrome de dificultad respiratoria aguda, asma, EPOC, Fibrosis quística, sindrome de dificultad respiratoria.
Toracocentesis: Es un procedimiento utilizado para drenar el exceso de líquido del espacio pleural, que es el espacio entre los pulmones y la pared torácica, para facilitar la respiración. Se realiza en un consultorio médico u hospital y generalmente dura de 10 a 15 minutos. Durante el procedimiento, se inserta una aguja en el espacio pleural para extraer el líquido. Pueden ocurrir complicaciones como neumotórax, dolor, sangrado, hematoma o infección.
Se utiliza para: Trastornos pleurales, neumonía, sarcodiosis.
Traqueostomía: Es un procedimiento quirúrgico en el que se crea un orificio en la tráquea a través de la parte anterior del cuello. Luego se coloca un tubo respiratorio en el orificio para facilitar la respiración. Se utiliza en casos en los que es necesario mantener una vía aérea despejada a largo plazo, como en pacientes que requieren ventilación mecánica prolongada o que tienen obstrucciones en las vías respiratorias superiores. Se deben tener precauciones para prevenir complicaciones como aire atrapado debajo de la piel, sangrado, infección o neumotórax.
Se utiliza para: Trastornos pleurales, neumonía, ACV (accidente cerebrovascular)
Trasplante pulmonar: Es una cirugía en la que se reemplaza un pulmón enfermo por un pulmón sano de un donante. Se utiliza en personas con enfermedades pulmonares crónicas graves o avanzadas que no responden a otros tratamientos. Durante la cirugía, se realiza una incisión en el tórax y se conecta el nuevo pulmón a los vasos sanguíneos y las vías respiratorias. Después de la cirugía, se requiere un seguimiento regular y el uso de medicamentos inmunosupresores para prevenir el rechazo del órgano trasplantado. El cumplimiento de las medidas de higiene, las vacunas y un estilo de vida saludable son importantes para prevenir complicaciones.
Se utiliza en condiciones como: deficiencia de alfa-1 antitripsina, EPOC, fibrosis quística, fibrosis pulmonar idiopática, hipertensión pulmonar y sarcoidosis.
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