Los pulmones son órganos vitales del sistema respiratorio encargados de llevar a cabo el intercambio gaseoso en nuestro cuerpo. Se ubican en la cavidad torácica, a ambos lados del corazón.
Función:
La función principal de los pulmones es permitir la entrada de oxígeno al organismo y eliminar el dióxido de carbono, un producto de desecho generado por las células durante el metabolismo. Esto se logra a través de un proceso llamado respiración.
Los pulmones están compuestos por una estructura ramificada de tubos delgados llamados bronquios, que se subdividen en bronquiolos más pequeños. Estos bronquiolos terminan en pequeñas bolsas de aire llamadas alvéolos, donde se produce el intercambio de gases con los capilares sanguíneos.
Cuando inhalamos, el aire ingresa a través de la tráquea y se divide en los bronquios, que se ramifican en los pulmones. Los alvéolos están rodeados de una red de capilares sanguíneos muy finos, donde se produce el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. El oxígeno pasa a los capilares y se une a la hemoglobina en los glóbulos rojos, mientras que el dióxido de carbono se libera de la sangre y se exhala al exterior al respirar.
Además de la función respiratoria, los pulmones desempeñan otros roles importantes, como ayudar a regular el equilibrio ácido-base del cuerpo, participar en la producción de células sanguíneas y actuar como un filtro para atrapar partículas y microorganismos dañinos presentes en el aire que respiramos.
Es esencial mantener la salud de los pulmones evitando el consumo de tabaco, evitando la exposición a sustancias tóxicas y contaminantes ambientales, manteniendo una buena higiene respiratoria y siguiendo un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada y actividad física regular.


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